Cuando era pequeña, no recuerdo exactamente la edad, podría tener 10 años, en la escuela, nos obligaban a leer el mismo libro a todos los compañeros, cabeza agachada y silencio absoluto. Esto me molestaba soberanamente, y mi cabeza pensaba, ellos no saben si leo todo, tampoco me preguntarán el contenido, entonces mi cerebro empezó aprender a leer líneas saltadas, y pensar en otra cosa.
No sabían ellos ni yo que lo que me estaban enseñando era a utilizar una de las herramientas para la creatividad.
Si, cuando una no se concentra en algo y deja vagar la mente, la mente te da ideas, otras ideas, y si a esto le añadimos la relación de alguna palabra de la línea incompleta leída, bueno, aquí me tenéis, escribiendo en mi blog.
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