Autoestima


Por mi experiencia personal,   para empezar un cambio en nuestra vida, primero debemos ser conscientes de que el cambio empieza por nosotros,  y no esperar que las circunstancias cambien o que otros cambien. 

Y no vale quien diga, "yo he sido siempre igual" , " no puedo cambiar",  " ¿para qué cambiar? , que cambie el otro.. ¿ por qué yo? ,  por varias razones :

1. La neurociencia y la epigenética  nos dicen que no estamos condenados a ser siempre iguales, podemos modificar nuestras conexiones neuronales, nuestros genes (Dr.Joe Dispenza).

2. La responsabilidad de nuestra vida es enteramente nuestra, si utilizamos frases como " que cambien ellos, ¿por qué yo?, entonces hasta que la otra persona no cambie, nuestra vida seguirá siendo la misma y nos podemos quedar aquí sentados esperando a que buenamente el otro decida cambiar. Por lo tanto es más fácil que tomemos nosotros las riendas de nuestra vida y empecemos ya. 

3. Nunca te conceden un deseo sin concederte también la facultad de convertirlo en realidad. Sin embargo es posible que te cueste trabajo ( Richard Bach- Ilusiones).


Y para empezar este cambio, cultivemos primero nuestra autoestima.

A continuación transcribo un resumen que hice del libro "Los 6 pilares de la autoestima"- Nathaniel Branden. 

  1. La práctica de vivir conscientemente
  2. La práctica de aceptarse así mismo
  3. La práctica de asumir la responsabilidad de uno mismo
  4. La práctica de la autoafirmación
  5. La práctica de vivir con propósito
  6. La práctica de la integridad personal

1. La práctica de vivir conscientemente( Primer Pilar de la Autoestima)

El primer pilar que menciona el autor, trata de vivir nuestro momento, el ahora, de manera consciente sobre todo lo que tiene que ver con nuestras acciones, propósitos, metas , valores, por lo que esto nos hace responsables de nuestro proceder en cada momento de nuestra vida. Sino somos conscientes del ahora mermamos nuestra eficacia personal, nuestra mente es nuestro instrumento básico de supervivencia si se traiciona ésta, se reciente nuestra autoestima, la forma más simple de esta traición es la evasión de los hechos, por ejemplo :

" Sé que  no estoy trabajando lo mejor que puedo, pero no quiero pensar sobre ello"
" Sé que mi forma de comer está arruinando mi salud , pero...."
" Sé que mis hijos sufren por recibir tan poco de mi y sé que les causo daño y resentimiento, pero algún día de algún modo cambiaré....


2. La práctica de la aceptación (Segundo Pilar de la Autoestima)

Conlleva 3 niveles de representación
El primer nivel : aceptarse a uno mismo con un egoísmo sano, erigiéndose uno en lo primero, esto implica compromiso con uno mismo a raíz de una valoración que nos damos como seres humanos únicos.
El segundo nivel: aceptarse a uno mismo con sus virtudes y defectos, sentimientos, sueños, ilusiones, reconociéndolos conscientemente, aceptándolos como parte de nosotros, sin reprimirlos, ni avergonzarnos, una vez que uno es consciente de sus virtudes y defectos es capaz de aceptar sus errores y hacerse responsable de sus actos.
El tercer nivel : aceptarse que se ha equivocado, que se ha cometido un grave error, nos da la posibilidad de observar la razón por la que actuamos o procedimos de tal manera por lo tanto la consecuencia será la enmienda.

3. La práctica de la responsabilidad de si mismo (Tercer Pilar de la Autoestima)

Tener un cierto control sobre nuestra vida nos da la felicidad y confianza en uno mismo. 
El hacernos responsables de nuestros actos, de nuestra vida, decisiones, elecciones, nos aumenta el autoestima. Somos responsables  del nivel de conciencia en nuestro trabajo, de la conducta  hacia otras personas de nuestro entorno,  de la manera de  invertir nuestro tiempo,  de nuestra felicidad personal,  de los valores  bajo los cuales vivimos.  Lo que implica que el desarrollo y plan de acción sobre nuestra vida es entera responsabilidad  nuestra y la forma de cómo lo hagamos es responsabilidad  nuestra



4. La práctica de la autoafirmación ( Cuarto Pilar de la Autoestima)

La autoafirmación significa respetar nuestros deseos, necesidades y valores y buscar su forma adecuada de expresión. Significa valerse por si mismo y tratarse con respeto en todas las relaciones humanas. Es ser congruente entre lo que se piensa, dice y se hace.

1)La elección de ver, pensar, ser consciente, proyectar la luz de la consciencia al mundo exterior y al interior.

2) Para practicar la autoafirmación  de manera congruente se necesita la convicción de nuestras ideas y deseos más importantes.  Consiste en el conocimiento de que nuestra vida no pertenece a los demás y de que no estoy en la tierra para vivir de acuerdo con las expectativas de otra persona.

3) Y como todo, hay que llevarlo a la acción, no es suficiente tener una idea buena sino desarrrollarla, pelaearla, trabajar por ella a fin de conseguir apoyos a favor para que se aplique en la realidad la falta de esta práctica hace que muchos proyectos fracasen.

4) La autoafirmación supone enfrentarnos y luchar por dominar los retos de nuestra vida.  Cuando ampliamos nuestros límites de capacidad ampliamos nuestra eficacia personal y el respeto a nosotros mismos aumenta. Cuando nos comprometemos a nuevos ámbitos de aprendizaje, cuando asumimos tareas que nos enriquecen, aumentamos nuestro poder personal.  Nos proyectamos más lejos en el universo.  AFIRMAMOS NUESTRA EXISTENCIA.


5. La práctica de vivir con propósito (Quinto Pilar de la Autoestima)

Vivir productivamente, plasmando nuestras ideas en la realidad, fijando metas y actuando para conseguirlas, las personas responsables de si mismos no traspasan sus responsabilidades en los demás, se hacen responsables de ejercer su capacidad para lograr lo que desean.
Es la forma como conseguimos las cosas lo que nos da valía, no los logros en sí, si no la capacidad que tenemos para conseguirlos.
“La gente tiene más facilidad de comprender estas ideas en su aplicación al trabajo que a las relaciones personales. Esta puede ser la razón de que más gente busque el éxito en su vida laboral que en su matrimonio”
Vivir con propósito implica básicamente:
-Asumir la responsabilidad de la formulación de nuestras metas y propósitos de manera consciente:
Hemos de ser claros en la planificación de nuestras metas, no vale simplemente con decir, voy hacer “lo que se pueda”, por ejemplo si hacemos ejercicio hemos de especificar lo haré 3 o 4 veces por semana, 30 minutos cada vez, y en el periodo de 6 meses tengo que haber rebajado  X  kilos.
-Interesarse por identificar las acciones necesarias para conseguir nuestras metas
Hemos de pensar ¿cómo se hará?, ¿qué necesitamos para conseguirlo?, tenemos que cambiar algo para conseguirlo?,  ¿el entorno me retroalimenta de información para conseguir mi objetivo?, ¿ tengo que cambiar algún hábito mío? . 
En sí se trata de vivir con un alto nivel de consciencia.

-Controlar la conducta para verificar que concuerda con nuestras metas
Podemos tener propósitos definidos y plan de acción bien marcados, pero si en el camino se nos presentan distracciones, problemas inesperados.  Una política consciente de controlar las acciones relativas a los propósitos fijados nos ayuda a afrontar los problemas de este tipo. A veces la solución  será volver a dedicarnos a nuestras intenciones originales. Otras veces tendremos que  volver a pensar cuales son realmente nuestras metas más importantes y quizás tengamos que reformular nuestros propósitos.  

-Prestar atención al resultado de nuestros actos, para averiguar si conducen a donde queremos llegar.
Nuestras metas pueden ser claras y nuestros actos congruentes, pero pueden resultar incorrectos nuestros cálculos iniciales sobre los pasos que tenemos que dar. Quizás algún elemento ha cambiado el contexto o algo que no tuvimos en cuenta.  Y preguntarnos  estoy llegando a donde quiero ir? están produciendo mis acciones los resultados esperados?.  
A menudo recitamos lo siguiente: “Pero lo que estamos haciendo siempre funcionó en el pasado”  pero en la actualidad de la manera dinámica que se suceden las cosas, donde todo va evolucionando, es posible que ya no sean eficaces al día de hoy tácticas y estrategias del pasado.

“La raíz de nuestra autoestima no está en nuestros logros sino en aquellas prácticas  generadas desde el interior que, entre otras cosas, nos permiten alcanzar aquellos logros”

6. La práctica de la integridad (Sexto Pilar de la Autoestima)
La integridad consiste en :
-El conjunto de valores, ideales, convicciones, normas, creencias.
-La conducta

Por lo que, cuando nuestro pensar es coherente con nuestro actuar  tenemos integridad.
Integridad personal consiste en plantearse preguntas como : ¿Soy una persona honesta, fiable, digna de confianza?¿ Mantengo mis promesas,¿ Hago las cosas que digo y admiro y evito las cosas que afirmo deplorar?¿ Soy una persona justa en mis relaciones con los demás?
La integridad no garantiza que hagamos la mejor elección sólo exige que sea auténtico nuestro esfuerzo por tomar la mejor elección, que permanezcamos conscientes, conectados a nuestro conocimiento que apliquemos nuestra mejor claridad racional, asumamos la responsabilidad de nuestra elección y sus consecuencias y no pretendamos huir en una confusión mental.
Congruencia
Congruencia entre lo que se piensa y lo que se hace, estudios revelan que en las organizaciones hay muchas personas que no confían en sus superiores. ¿Porqué? Por falta de congruencia. Hermosas declaraciones de intenciones que no se cumplen en la práctica. Por los eslóganes sobre el servicio al cliente en las paredes que no se corresponden con la realidad del trabajo cotidiano. Por los sermones sobre honestidad traicionados mediante las trampas. Por las promesas de equidad traicionadas por el favoritismo.
Se ha de practicar la equidad no sólo predicarla, se ha de ejemplificar con nuestros actos.
Hay padres en quienes sus hjios confían y hay padres en quienes no confían. ¿Porqué? El principio es el mismo  la falta de congruencia. Los niños pueden no ser capaces de expresar lo que saben, pero lo saben.
Cuando traicionamos nuestras normas
Si yo obro en contradicción con un valor moral que acepta otra persona distinta a mi, puedo estar o no equivocado, pero no se me puede culpar de haber traicionado mis convicciones.  Sin embargo  si obro en contra de lo que considero correcto obro en contra de mi criterio, me traiciono a mi mismo.
Si yo doy sermones a mis hijos sobre la honestidad pero miento a mis amigos, vecinos y familiares, si me siento indignado cuando la gente no cumple sus compromisos conmigo pero yo incumplo mis compromisos con los demás,  si predico estar preocupado por la calidad pero vendo indiferentemente mercancías defectuosas a mis clientes, si pretendo tener en cuenta las ideas de mis empleados pero ya me he formado un criterio, si utilizo a un colega del despacho y me apropio de sus logros,  puedo rehuir a mi hipocresía,  cometo una agresión a mi respeto  de mi mismo que no paliará ninguna racionalización.
Si estoy en una posición única para aumentar mi autoestima, también lo estoy para reducirla.
Uno de los mayores autoengaños es decirse a si mismo sólo yo lo sabré, sólo yo sé que soy mentiroso,  sólo yo sabré que me comporto de forma poco ética, esto indica que mi juicio no es importante y que para mi es más importante el juicio de los demás.
En el tribunal interior de mi mente, mi juicio es el único que cuenta. Mi ego, el “yo”, que ocupa el centro de mi consciencia es el juez del que no hay escapatoria.  Puedo evitar a las personas que han conocido la humillante verdad acerca de mi. Pero no puedo evitarme a mi mismo.

“La mayoría de las cuestiones relativas a la integridad que afrontamos no son grandes cuestiones sino cuestiones menores, pero el peso acumulado de nuestras elección tiene una incidencia en nuestro sentido de la identidad”.