jueves, 23 de febrero de 2012

Empatía






Winston Churchill no era precisamente un estudiante ejemplar. Cuando estuvo internado en un colegio de elite de la ciudad de Ascot, se le castigaba con frecuencia y sus notas siempre se encontraban entre las peores de la clase. También lo rechazaron varias veces en las pruebas de acceso a la Academia Militar de Sandhurst.(2)

Pero lo que muchos desconocían por aquel tiempo era que Churchill poseía otro tipo de habilidades que iban a jugar un papel descollante en el futuro de la humanidad. Poco a poco, empezó a destacar en la política. Sus dotes de orador y su sentido del humor seducían a los británicos. Su afinada intuición sobre lo que estaba pasando en la Alemania de los años treinta y la manera que tenía de gestionar las relaciones con los personajes más influyentes de la época lo elevaron hasta el puesto más alto de la diplomacia inglesa. Una vez en el gobierno, el Bulldog Británico fue capaz de unir en una alianza en contra los nazis a países reticentes por aquel entonces, como eran Estados Unidos y la Unión Soviética, lo que determinó para siempre el rumbo de la II Guerra Mundial y de la historia. Por eso y por su gran carisma y facilidad para emocionar a sus compatriotas, se convirtió en el Primer Ministro más famoso de todos los tiempos.(2)


La vida y logros de Churchill son un ejemplo perfecto de lo que puede conseguir una persona que posee una excepcional inteligencia social. El psicólogo norteamericano Edward Thorndike introdujo el concepto en 1920 que remite a la capacidad de comprender y relacionarse sabiamente con otros individuos. Thorndike abrió de esta manera, por primera vez, el debate de la existencia de inteligencia múltiple, una teoría que hoy en día es ampliamente aceptada por los expertos.(2)

En 1983, el psicólogo e investigador de la Universidad de Harvard Howard Gardner popularizo dicha multiplicidad, convirtiéndose en uno de sus principales defensores. Gardner habla de hasta ocho inteligencias diferentes: lingüística, espacial, matemática, naturalista, corporal, musical intrapersonal e interpersonal o social.(2)

Otro de los autores que más han contribuido al desarrollo del tema es el psicólogo Daniel Goleman. En sus libros, recopila gran cantidad de estudios y anécdotas que recalcan la importancia tanto de la inteligencia emocional como de la social. Mientras que la primera es la cualidad de reconocer las emociones propias y gestionarlas de una manera eficaz, la segunda va un paso más allá de la psicología individual y se centra en como usamos toda esa información para conectarnos mentalmente con los demás. Se trata por tanto de un conjunto de capacidades que todos poseemos, en mayor o menor grado para comprender que ocurre a nuestro alrededor e interactuar con otras personas. (2)

Mostrar empatía y hacer sentir bien a los que nos rodean es un rasgo característico de los individuos con una inteligencia social desarrollada. Por medio de su comunicación verbal y no verbal, emiten mensajes a su entorno que provocan sensaciones de aprecio y respeto. Además, quienes cuentan con este don son capaces de transmitir emociones positivas, lo que se traduce en más posibilidades de obtener colaboración, llegar a un acuerdo favorable o incluso resolver un grave conflicto. Estas competencias sociales se pueden entrenar a lo largo de la vida y son tan necesarias en el patio de un colegio como en las operaciones bursátiles más importantes de Wall Street.(2)

El psicólogo austriaco Paul Watzlawick, uno de los padres de la teoría de la comunicación humana, ilustra la importancia de la inteligencia social con el relato de un oficial del ejército al que ordenaron dispersar un motín en una plaza pública. El militar, cuando se acercó al lugar con su destacamento, apuntó con su arma a la gente y gritó: Señores, tengo la orden de despejar la concentración, pero tengo entendido que hay muchos hombres buenos entre ustedes, por lo que les ruego se aparten para no herir a ningún inocente. De inmediato, las emociones de la muchedumbre sufrieron un cambio radical y el lugar quedó despejado en pocos minutos sin que hubiera un solo disparo.(2)

Este tipo de inteligencia está dividida en dos grandes áreas: conciencia social o que percibimos respecto a los otros individuos y aptitudes sociales lo que hacemos con ese conocimiento, según Goleman. La primera requiere de un conjunto de nociones y mecanismos automáticos, algunos inconscientes e intuitivos, para interpretar las señales emocionales de otros sujetos o grupos que observamos. Se trata de una habilidad empática que permite conectarnos con el entorno. El modo en que gestionamos toda esa información son las aptitudes sociales. A través de ellas, despertamos emociones o influimos en las decisiones de los demás. Entre otras muchas, están la comunicación, el compromiso y la facilidad para sincronizarse y vincularse.(2)

El Facebook de la selva: Antropólogo- biólogo evolucionista Robert Dunbar de la Universidad de Oxford, ha probado que en los mamíferos existe una correlación entre el volumen relativo del cerebro o coeficiente de encefalización y el número de individuos de la misma especie con los que uno se relaciona, reconoce e interactúa. Dunbar nos recuerda que no es exclusivamente un asunto de dimensiones, sino también de conexiones cerebrales, ya que éstas se incrementan con la calidad y la cantidad de las relaciones que se mantienen. (2)

Para dilucidar si fueron las demandas ecológicas o las demandas sociales las que provocaron el aumento del cerebro en nuestra especie, el antropólogo británico Dunbar comparó el tamaño cerebral de varias especies para ver con cuál de los dos aspectos correlacionaba. Lo que encontró fue que ninguna de las variables relevantes para la hipótesis ecológica correlacionaba con el tamaño relativo del neocortex (en relación con el volumen del resto del cerebro). En cambio si había correlación entre el tamaño relativo del neocortez y el tamaño del grupo en que viven los individuos y la complejidad de las relaciones sociales. A partir de estos hallazgos, Dunbar(1992, 1998) ha formulado la hipótesis del cerebro social, que propone que dicha correlación se debe a que el volumen del neocortex marca el límite de la capacidad de procesamiento de información, lo que a su vez limita el número de relaciones sociales que un individuo puede manejar simultáneamente. Parece que esas limitaciones tienen más que ver con los mecanismos por los que se mantienen las relaciones a lo largo del tiempo que con la simple cuestión numérica de cuantas relaciones hay que recordar (Dunbar, 2001). Esos mecanismos incluirían, por ejemplo, la formación de alianzas y coaliciones, la coordinación para llevar a cabo actividades conjuntas, como la caza o la protección del grupo o la división del trabajo. Otro resultado de Dunbar fue que el tamaño relativo del neocortex correlacionaba también con una madurez más tardía, pero no con un periodo más largo de crecimiento cerebral antes del nacimiento. Es decir, las especies con periodos de inmadurez más largos (como la humana) tenían un neocortex mayor. Puesto que en esas especies ese periodo se emplea sobre todo para aprender y dominar las complejidades de las relaciones sociales, tanto a nivel interpersonal como a nivel grupal, así como para aprender afrontar las demandas del medio físico a través de la experiencia de los otros (que es mucho menos arriesgado y costoso que aprender por experiencia propia) el argumento seria que cuanto más hay que aprender, más largo es el periodo de inmadurez y mayor es el tamaño relativo del neocortex. (1)

Por su parte, la psiquiatra de la Universidad de California Leslie Brothers sugirió hace un par de décadas que determinadas zonas de la corteza prefrontal de cerebro están relacionadas de una manera directa con la inteligencia social. Esta estructura fue la última que se desarrolló en la evolución y es considerablemente mayor en los humanos que en otras especies. Aún así, el cortex prefrontal no actúa de manera independiente, ya que necesita de la interacción con otras áreas más primitivas del cerebro para su correcto funcionamiento. Un hecho que confirma esta idea es que individuos que sufren una lesión que daña la comunicación entre dichas estructuras, ven afectados su comportamiento y su capacidad para relacionarse.(2)

Otro aspecto fundamental de la inteligencia social es la empatía o capacidad de ponerse en el lugar de otro. En los años 90, el neurocientifico italiano Giacomo Rizzolatti identificó unas células nerviosas, llamadas neuronas espejo, que son la evidencia física de la existencia de la empatía y de otras emociones sociales. Estas neuronas se activan en el observador al detectar algún tipo de acción y reflejan en el interior del cerebro lo que está sucediendo en el exterior. El sofisticado mecanismo nos permite imitar y comprender a otros, como si nosotros mismos ejecutáramos esas acciones. Están directamente relacionadas con la interacción positiva, porque gracias a ellas podemos sentir los sentimientos de otros. (2)

Los humanos usamos multitud de estrategias, consciente e inconscientemente para vincularnos con los demás, como son el humor, las miradas, el contacto físico, el ajuste del tono de la voz o la imitación. Algunas de estas cualidades son innatas, pero la mayoría comienza su entrenamiento desde el mismo día en que nacemos. Los registros cerebrales indican que la transmisión del estado emocional entre el bebe y su madre es inmediata. Sentirse en sintonía genera satisfacción, por eso, más adelante intentamos reproducir estas situaciones en otros contextos. Administrar las relaciones de forma adecuada será determinante para, por ejemplo, conseguir un ascenso o que el vecino te ayude a subir las bolsas de la compra.(2)

Lejos quedan los días en que la inteligencia era medida a través de expedientes académicos o pruebas de cociente intelectual. No hay correlación alguna entre ser el más listo de la clase y el éxito personal o profesional. En nuestra especie, este depende de una infinidad de aptitudes más, la mayoría de ellas relacionadas con la vida en grupo, la comunicación y nuestra habilidad para entendernos y sintonizar con los demás. (2)


Qué es empatía y tipos de empatía

Empatía es la capacidad que consiste en inferir los pensamientos y sentimientos de otros, lo cual genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura ( Batson et al. 1997). También se ha definido como una habilidad social que permite a la persona anticiparse a lo que otras personas piensan y sienten, para poder comprender y experimentar su punto de vista. En general se acepta que existen dos tipos de empatía: cognitiva y emocional. La empatía cognitiva se refiere a tomar la perspectiva de la otra persona, es decir, ponerse en su lugar. La empatía emocional tiene dos variantes y consiste en experimentar las mismas respuestas emocionales que experimenta la otra persona (empatía paralela) o reaccionar emocionalmente ante las experiencias que esa otra persona esta viviendo (empatía reactiva). El primero de los tipos de empatía (cognitiva) es lo que suele conocerse como empatía o también toma de perspectiva. La empatía emocional se conoce como simpatía, respuesta emocional o toma de perspectiva afectiva. (1)

Existen pruebas de que la empatía produce efectos positivos tanto cuando se utiliza en un contexto interpersonal como cuando se aplica en un contexto intergrupal. (1)

Una de las ventajas de la empatía es que se puede entrenar a las personas para que la sientan a través de ejercicios de role-playing(Barak, 1990, Erera, 1997). Lo que se hace es utilizar unas instrucciones para que el sujeto empatice con alguna persona (como decirle, por ejemplo, Trate de ponerse en el lugar de la otra persona, intente sentir lo que estaría sintiendo cierta persona en determinada situación y si además se le pide que lo visualice o que lo escriban, todavía puede resultar mas eficaz. (1)


La empatía en los negocios


“ El elemento clave para comprender el sustrato emocional en el que se mueven los demás depende de lo familiarizados que nos hallemos con el nuestro.” Robert Levenson Universidad de California en Berkeley.


La nerviosa inquietud de un negociador desmiente su expresión de desinterés, la estudiada indiferencia de un cliente que observa los precios en un concesionario de automóviles se contradice con el entusiasmo con que se aproxima al descapotable que más le gusta. Y ser capaz de captar estas señales emocionales resulta especialmente importante en aquellas situaciones en las que la persona tiene motivos para ocultar sus sentimientos, como ocurre cada día en el mundo de los negocios. La esencia de la empatía consiste en darse cuenta de lo que sienten los demás sin necesidad de que lleguen a decírnoslo. Uno tiene que llegar a percatarse de las esperanzas y los miedos de sus clientes, aún cuando ellos sean incapaces de expresarlos con palabras.(3)

Los clientes valoran determinadas cualidades distintivas de un producto, y para conectar con los sentimientos de nuestros clientes tenemos que ser empáticos. Olvídense de los datos de la investigación de mercado. Hablen directamente con las personas para las que estamos trabajando. Escúchenles, siéntanles, mírenles a los ojos y capten visceralmente lo que desean.
El arte de escuchar: la escucha activa consiste en ir más allá de lo que se dice, repitiéndonos lo que acabamos de oir hasta estar seguros de haber comprendido. Y la confirmación de que uno ha escuchado es que responde adecuadamente, aún cuando ello suponga llevar a cabo algún cambio en lo que este haciendo.(3)

El antiguo estereotipo de que las ventas son más sencillas para el vendedor afable, extravertido y de palabra fácil ha perdido vigencia porque el grueso de los compradores se decantan por vendedores empáticos, que tenían en cuenta sus demandas y necesidades, algo especialmente cierto en el caso de que la empatía vaya acompañada de la sensación de que se trata de personas en quienes se puede confiar.(3)



La empatía asume diferentes grados  que van desde  la capacidad de: 

Captar e interpretar adecuadamente las emociones ajenas
Percibir y responder a sus preocupaciones o sentimientos inexpresados y
Comprender los problemas que se ocultan detrás de otros sentimientos.(3)


Pros y contras de la Empatía


Pros de la empatía
Promueve acciones de ayuda desinteresada
Inhibe la conducta agresiva
Fomenta la cooperación con otros
Mejora las actitudes hacia grupos estigmatizados(1)

Contras de la empatía
Puede ser perjudicial para la persona que la siente o para la que recibe su ayuda
Puede provocar burnout
Solo se siente hacia individuos concretos, no hacia todos los que necesitan ayuda
Puede dar lugar a favoritismos, injusticia e indiferencia hacia el bien colectivo
Puede favorecer la manipulación de otros.(1)

* El aspecto maquiavélico de la empatía, cuando se utiliza como arma para minipular a los demás en beneficio propio. En este caso, se trata más bien de la empatía cognitiva, gracias a la cual podemos ponernos en el lugar del otro y saber cómo se siente. (1)


Cinco pasos para aumentar la empatía

-Parar, hacer silencio y escuchar: Si usted está discutiendo con su pareja, un vecino o un niño, dar un paso atrás por un momento y tratar de escuchar, pasarán dos cosas: percibirá lo que la otra persona siente y lo que necesita. Darle la oportunidad de expresar sus sentimientos y necesidades, e incluso reflejará que lo que han dicho, usted lo reconoce y entiende. Se trabaja en la empatía para reducir la tensión, tanto en el salón de su casa como en una sala de juntas. La investigación realizada por el psicólogo Marshall Rosenberg, fundador de la Comunicación No Violenta, muestra que en los conflictos obrero-patronales, si ambas partes están de acuerdo en repetir simplemente lo que el otro lado acaba de decir antes de que empiecen, la resolución de conflictos que se alcanza es 50% más rápido.(4)

- Converse con un extraño ( ejemplo : el que te sirve el café en el bar) : Un obstáculo importante para la empatía son los estereotipos y prejuicios que tenemos sobre los demás, a menudo debido a juicios precipitados sobre la base de su apariencia o acento. ¿Qué es lo que realmente sabe sobre la vida de la mujer en avanzado estado que entrega el correo? ¿Qué está pasando en la mente del  tranquilo contador Sikh que siempre se sienta solo en la cafetería de la oficina? Una buena receta para la salud empática es tener una conversación con un extraño, al menos una vez a la semana que vaya más allá de la charla superficial.(4)

-"Nunca se entiende realmente a otra persona hasta que se considera las cosas desde su punto de vista - hasta que se coloca en la piel de otro y en sus, escribió Harper Lee en Matar a un ruiseñor. Leer libros y ver películas es una gran manera de tomar un viaje imaginario en la vida de otras personas.(4)

-Mirar profundamente en los ojos de sus colegas
La empatía es difícil de medir, pero en los últimos veinte años, los psicólogos han desarrollado formas eficaces de hacerlo, como la lectura de la mente en la prueba de los ojos. Cuando se muestra un par de ojos, se debe elegir la palabra correcta que describe el estado emocional de la persona - como arrogante, molesto, enojado o aterrorizado. Las personas muy empáticas son expertas en este tipo de lectura emocional.(4)

-Un bebé es un maestro
El Programa Raíces de la Empatía, se inició en Canadá y se está extendiendo en todo el mundo: más de medio millón de niños lo han hecho. ¿Cómo funciona?
El maestro es un bebé que visita un grupo de clase con regularidad durante un año. Los niños se sientan alrededor del bebé y discuten preguntas: ¿Qué está pensando? ¿Qué está sintiendo? Es una piedra angular para el desarrollo de su imaginación empática. Y funciona, aumentando los niveles de empatía, impulsando la cooperación, la reducción de violencia en el patio de la escuela e incluso aumenta el logro académico en general.(4)




Fuentes bibliográficas:
(1)Psicología Social UNED, pág.74-86
(2)Revista Muy Interesante EXTRA 2012/Año de la Neurociencia
(3)La práctica de la Inteligencia Emocional.- Daniel Goleman , pág 190-191
(4)Empatía: por qué importa, y cómo conseguirlo -Romano Krznaric

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