Ayer en el día de la mujer, sin buscarlo, me encontré en medio de el encuentro de 2 amigas , una de 78 años y la otra de 88. Habían trabajado juntas por 40 años en una fábrica, la una tenía trabajo forzado, igual que la faena de un hombre ( me recalcó) , y la otra supervisaba el trabajo de sus compañeros.
Eran y se mantienen solteras ; mientras pudieron , viajaron mucho, incluso a Paris, recordaban su visita a la torre Eiffel , con mucho orgullo.
Sus memorias se van desvaneciendo, pero los recuerdos que más les gustaron , esos , si los recuerdan.
Vi lo afortunadas que fueron, primero porque la que hizo trabajos forzados, se mantiene al día de hoy, autónoma, e independiente. La otra que fue supervisora , va en silla de ruedas , pero recibe una atención personalizada y esto le proporciona calidad de vida.
Gracias a esta fuerte amistad, disfrutaron momentos.
Pero la vida continúa, ellas siguen aquí, y como le dije a las 2, ahora es otro momento, toca adaptarse a la nueva vida, y reconocer que las circunstancias son diferentes, nosotras, nosotros, somos diferentes.
Una de las flores fue regalo para nuestra amiga de 78 años, la otra tiene las flores permanentemente en el centro.
Y digo nuestra amiga, porque ayer por fin me vi en ellas, y que lo único que nos separa es la edad. La despedimos hasta la puerta, y con el ofrecimiento que nos volvería a visitar.
Lindo e inolvidable día de la mujer , para mí.
Ojalá no lo olvide nunca.
Y si algún día lo olvido, ya lo he escrito 😊
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