lunes, 25 de mayo de 2020

Meditación en la crisis



Entre lecturas relacionadas, auto-observación constante, percepción del cuerpo, mejor dicho practicando la mayor parte del tiempo, transcurren estos días difíciles para todos.

Me junto virtualmente con gente que profesa lo mismo que yo, es decir, grupos de meditación guiadas y logro calmar mi mente y mi cuerpo, me he recargado de energía, lo noto, también noto, que no quiero perder esta energía que tanto me ha costado conseguir durante el día, así es que decido, hablar menos vía móvil por ejemplo

Se escribe rápido, pero cuesta mucho.

Lo que te pasa a ti me está pasando a mi, sentimientos de inseguridad, miedo, dudas, ansiedad, desconfianza de uno, o en los otros, y es muy grande lo que puede llegar a ser todo esto en la mente y el cuerpo de uno.

Paro y respiro, enciendo un par de velas e incienso, me recojo en este entorno de mi habitación, por unos 13 minutos, vuelvo y leo, por una hora, me cuesta la lectura atenta, pero insisto, e insisto. Cuando ya he meditado y leído, doy vueltas, buscando qué hacer, y me digo, NO HAGAS , practica el no hacer, como te lo dicen tus maestros, entonces aquieto mi cuerpo, me tumbo en la butaca, paro y respiro por otros , quizás 20 minutos , hasta aquí mis meditaciones  han sido en soledad.

Luego llega el momento de la meditación virtual en grupo, somos alrededor de unas 25 personas, la mayoría mujeres, de diferentes partes del mundo, Argentina, Chile, España, México. Vuelvo y enciendo un par de velas y un incienso, pero esta vez, me las traigo junto a mi ordenador, así las siento más cerca. 

Empezamos la meditación, puede comenzar con la propuesta de escuchar nuestro cuerpo, las sensaciones que percibimos, si son de dolor, ansiedad, contracción, y las observamos simplemente, observamos dónde se ubican estas sensaciones en nuestro cuerpo, podría ser que el dolor lo sientas en las piernas, o que sientas presión en el pecho, y lo observas, sigues atenta(o) a tu cuerpo, nuestra guía continúa con el diálogo, nos indica: aceptemos todo lo que se nos presenta, y soltemos, hagamos una inhalación suave y exhalemos.

Silencio de un par de minutos, y volvemos a retomar la guía de nuestra maestra, que nos indica, siente como cuando eras niño, o como cuando tu cogías en brazos a tu hijo, abrázalo, déjate abrazar, siente este amor en todo tu cuerpo, siente esa protección , eres amado. No puedes buscar en otro lado algo que ya posees, sólo debes hacerte consciente de que está en ti, y despertarlo,  siente ese abrazo de tu madre o siente ese abrazo que le das a tu hijo.

Vuelve a tu respiración, inhala y exhala, sin prisas, sin forzar, despacio. Notas que tu mente y cuerpo se calman.

Luego de terminar esta meditación, nuestra maestra nos pregunta a cada participante, cuál ha sido nuestra experiencia, qué hemos sentido, cómo lo hemos experimentado.

Cada participante  comenta desde lo más honesto y puro que hay en su interior sobre su experiencia de la meditación, y todos reconocemos que lo que siente una siente la otra, al final, nos vemos reflejadas en las otras compañeras, identificadas totalmente, es como si esto reconfortara, el saber que una no está sola, que no es a la única que le pasan estos sentimientos de dudas, desconfianza, inseguridad, incertidumbre, miedo, dolor, ansiedad, los compartimos y al final de cada intervención , cerramos los ojos para venerar al otro. 

Y así culmina una enriquecedora meditación guiada virtual, hoy en particular yo he meditado mejor en grupo que en soledad, otras veces, me sucede al revés. 

Deseo que te sea de utilidad lo que he compartido aquí,

En medio de la crisis, con amor,

Maria Helena

No hay comentarios: