jueves, 13 de octubre de 2011

Espalda Sana y Sin dolor




Cirugía de la columna vertebral

Sólo si el resto de tratamientos no funciona se recurre a la intervención quirúrgica, por lo que sólo el 1% de los afectados debe operarse.

Es el último recurso frente al dolor de espalda. Y eso significa que se utiliza cuando los otros tratamientos no han surtido efecto. De hecho, se estima que el 90% de los ataques agudos de ciática se resuelven con tratamiento no quirúrgico. La cirugía se reconoce como una solución rápida, pero para una minoría de personas con dolor de espalda. Su objetivo es corregir las anomalías estructurales de la columna vertebral en el caso de que el problema sea ese, como por ejemplo cuando existe una hernia discal que comprime determinadas raíces nerviosas y las molestias duran más de seis semanas a pesar de la aplicación de tratamientos no quirúrgicos.

Tras varios años de aplicar diferentes técnicas, hoy se tiene una amplia experiencia en este tipo de cirugía y por eso mismo, no se recomienda tanto como tiempo atrás. Los especialistas se han dado cuenta de que no siempre los resultados son buenos y un porcentaje considerable de pacientes vuelve a presentar síntomas similares pasado un tiempo de la intervención, sobre todo cuando no existe consenso acerca de la conveniencia de operar. En la actualidad se intenta que el paciente acceda a someterse a otro tipo de tratamientos que, aunque menos radicales y más lentos, acaban dando mejores resultados. Las estadísticas muestran que, en concreto, solo el 5% de las personas con dolor lumbar debe optar por la cirugía. Atendiendo a estas cifras, los cirujanos tienden a intervenir únicamente cuando la medula espinal está comprometida y puede quedar realmente dañada por el trastorno, si existe deformación estructural, o en casos graves de estenosis espinal (estrechamiento del canal medular).

Una vez que se ha determinado con total seguridad que la causa del dolor es un disco vertebral en mal estado y se ha valorado la necesidad real de operar como la única manera de que el paciente mejore, se puede optar por diferentes intervenciones. Además de la técnica empleada hay que tener en cuenta como se accede a la zona que hay que tratar. Dependiendo de multitud de factores, el cirujano puede llegar a ella desde la parte anterior(a través del cuello o de la caja torácica, por ejemplo), lateralmente desde las costillas o desde la parte posterior (la espalda propiamente dicha). Los métodos más comunes son:

Disectomía: A través de esta técnica se operan las hernias discales de forma que se extrae solo la parte que está dañada, sin alterar el hueso vertebral. En su lugar se suele colocar un trozo de hueso de pequeñas proporciones a o un injerto que lo sustituya. Con el tiempo, ese material acaba fusionándose con las vértebras. Se denomina percutánea cuando no hay necesidad de realizar cirugía abierta y la operación se efectúa, ya sea en la zona cervical o en la lumbar, con unos instrumentos de unos 4 milímetros que se introducen a la altura del disco que se debe manipular. En todo momento, el cirujano ve en una pantalla de video el interior de la zona (gracias a que el instrumento lleva incorporada una mini cámara) y así sabe hacia dónde y de qué manera debe dirigir el instrumental. Las cicatrices son mínimas y además, en algunos casos, el paciente permanece despierto, con anestesia epidural, con lo que la recuperación es mucho más rápida y el periodo de ingreso muy corto (si todo se desarrolla con normalidad puede ser dado de alta en cuestión de horas). El hecho de que la persona operada este despierta es de gran ayuda para el cirujano, ya que le va explicando el tipo de sensación o dolor que siente con las manipulaciones hasta que le confirma que han desaparecido por completo.

Algunos pacientes, sin embargo, no pueden ser intervenidos de esta forma, por ejemplo los que padecen alguna alteración neurológica o aquellos en los que la hernia discal está rota. Si la zona afectada es la cervical, se accede a ella realizando una pequeña incisión o corte en la parte frontal del cuello y entonces se denomina cistectomía anterior. Todavía no hay demasiados especialistas que realicen la cistectomía percutánea porque no tienen suficiente experiencia, pero quienes si la aplican aseguran que es una de las técnicas del futuro, que permitirá mejorar la calidad de vida de un gran número de afectados por dolor de espalda sin someterles a una cirugía muy invasiva.

Corpectomia cervical: suele funciona cuando la compresión de la medula se debe a la alteración de varios discos. Se extrae una porción de vertebra y los discos vertebrales que están junto a ella y así se reduce o se elimina la presión sobre la medula espinal. Para sustituir ese espacio que quedara vacío se coloca un injerto del propio paciente (un hueso que se le extrae de la tibia o de la cresta iliaca, en la pelvis), de un donante o se puede poner una placa metálica que haga las veces de hueso.

Para realizar esta operación se requiere pericia y experiencia ya que es algo complicada y puede entrañar ciertos riesgos que hay que valorar previamente con el propio paciente, como una lesión en la raíz nerviosa o en la propia medula espinal, hemorragia o alguna lesión en la tráquea, dado que se realiza desde la zona anterior del cuello.

Facetectomía: mediante cirugía abierta, se extirpa una estructura del hueso conocida como faceta. Cada vez se emplea menos en especial cuando se trata de un paciente de edad avanzada y que tiene otros problemas de salud.

Foraminotomía: En esta ocasión, la parte que se elimina es la formina, es decir, la zona por donde salen las raíces de los nervios que recorren el canal espinal.

Laminoplastia: Se realiza desde la parte posterior del cuello y consiste en hacer un corte lateral de las láminas de la vértebra que luego se reponen con unos calzos óseos para aumentar el espacio del canal y evitar la comprensión del nervio.

Laringotomía: con este método se extrae una pequeña parte de la vértebra. Consiste en llegar hasta la raíz nerviosa y la hernia discal. Para ello, se abre el espacio que hay entre las láminas de dos vértebras que están en contacto. Una vez que el espacio se ha hecho más amplio, se alivia la presión sobre las raíces nerviosas. La mayoría de veces también se debe realizar una dicectomía.

Laminectomia espinal: es el procedimiento habitual para aliviar la presión sobre la medula espinal y consiste en quitar la lámina entera para descomprimir la raíz nerviosa. A pesar de que la metodología es sencilla, muchos cirujanos están dejando de utilizarlo porque las estadísticas entre operados muestran que una gran proporción (hasta un 40%) presenta algún problema tras la intervención quirúrgica y de ellos, en otro 40% aparece una fibrosis, es decir, una especie de cicatriz que puede llegar a comprimir todavía más los nervios afectados y reproducir el dolor que ya padecían, incluso con más intensidad.

Artrodesis: Consiste en fija o unir dos vértebras y se puede llevar a cabo mediante un injerto de hueso que haga de nexo de unión (y entonces se conoce como artrodesis no instrumentada) o con la ayuda de material de fijación, como tornillos o placas metálicas(es la artrodesis instrumentada). Se recurre a ella en casos de desviación de columna grave o cuando una vértebra se ha desplazado y ocupa el especio de otra (espondilolistesis). Como otras técnicas mencionadas anteriormente, tiempo atrás se empleaba con bastante asiduidad, pero hoy en día son muchos los cirujanos que prefieren evitarla por los riesgos que entraña.

Nucleotomía percutánea: cuando el paciente no puede ser sometido a una cirugía abierta, se puede recurrir a este método endoscópico. De forma poco invasiva, se extrae el núcleo pulposo del disco intervertebral. Su eficacia no siempre ha quedado demostrada, por lo que también con esta técnica hay que ser cautelosos y estudiar muy bien la conveniencia o no de aplicarla.

Nucleoplastia: al igual que ocurre con la anterior, los resultados son contradictorios, por lo que es preciso valorar muy bien al paciente susceptible de ser sometido a ella para confirmar la necesidad o no de aplicarla. La nucleoplastia consiste en introducir una sonda de radiofrecuencia que calienta el núcleo del disco vertebral hasta que elimina parte del mismo y se disminuye la presión en la raíz nerviosa. A veces lo que se coloca es un electrodo que se deja en el interior del anillo vertebral y cuando se calienta, elimina el núcleo. En su lugar se coloca una prótesis.

Quimionucleolisis: consiste en inyectar una sustancia en el disco espinal que se ha desplazado (protuberante) para reducir el tamaño del disco. Esa enzima o sustancia, que se elabora a partir de la papaya (quimiopapaína) consigue destruir el núcleo pulposo sobrante, pero en muchas ocasiones el volumen del material herniado permanece tal y como estaba antes de preceder a este método. Por otro lado, hay que tener presente que algunos pacientes, con más frecuencia mujeres que hombres, tienen reacciones alérgicas posteriores por la sustancia inyectada.

Ozonoterapia: con este método se inyecta un gas, en concreto ozono, en el interior del disco y en las zonas que lo rodean. Al principio de aplicarse se vio con muy buenos ojos entre gran parte de la comunidad médica, pero a largo plazo no ha resultado tan eficaz como se creía.

Aunque durante cierto periodo de tiempo el paciente nota cierta mejoría (entre otras cosas porque se favorece una mayor oxigenación en toda la zona y posible regeneración de tejidos deteriorados por la hernia discal), pasado un tiempo, que suele ser corto, esa mejoría no persiste (si ocurre en un grupo pequeño de pacientes) y reaparece el dolor. De momento, se aplica con muchísima más frecuencia en centros privados que públicos.

Notas:
Aunque las operaciones no conllevan mucho riesgo, se reservan solo para casos muy específicos porque no siempre ofrecen una solución a largo plazo.

Los discos vertebrales se desgastan con el paso del tiempo, pero en nuestras manos esta reforzar la musculatura y mantener en forma nuestra espalda.

Sentarse y andar con la espalda recta, como si mantuviésemos un eje vertical invisible, nos evitaría muchos problemas médicos posteriores.

Para evitar una recaída después de una operación, al volver a casa hay que tomarse las cosas con calma y prestar atención a las posturas que adoptamos.

Después de la operación, en nuestras manos esta adoptar hábitos de vida menos estresantes que protejan nuestra espalda y favorezcan la recuperación.

La falta de flexibilidad de la musculatura, tanto abdominal como dorsal es la causa de muchos dolores de espalda. Por eso el ejercicio es un buen tratamiento.

Cuándo recurrir a la cirugía
A las intervenciones quirúrgicas se recurre solo en un 1% de los casos, en pacientes que no notan mejoría con ninguno de los tratamientos no invasivos. Pueden necesitar una operación:

Personas con una patología de la columna lumbar que se deriva de la artrosis y que estrecha el canal por donde pasa la medula y los nervios que derivan de ella.

Pacientes que tienen las vértebras de la columna inestables y, además con un importante desgaste.

Afectados por un desgaste o fisura de los discos de la columna

Mujeres y hombres con hernias discales donde hay una lesión neurológica

Algunos casos de escoliosis o desviaciones concretas de la columna.

Educar al paciente forma parte del tratamiento

Ningún tratamiento es eficaz si el paciente no pone de su parte. Y, tratándose del dolor de espalda, esto es aún más importante. Los tratamientos actuales pretenden abordar el dolor desde todos los ámbitos, es decir, el físico, el mental, el emocional y el espiritual.

Se ha demostrado que estas cuatro esferas están en estrecha relación, y cualquier alteración en una de ellas puede afectar a las otras. La tendencia es trasladar al paciente la necesidad de confiar en sí mismo y que tome conciencia de su problema.

Siguiendo esta línea, se ha creado la Escuela de la Espalda, que cuenta con unidades en diferentes ciudades españolas y hospitales de toda Europa. En ellas se imparten sesiones informativas, se realizan coloquios y los afectados tienen la posibilidad de platear todas sus dudas. Los principales objetivos de estos centros son:

1) Reeducar al paciente par que entienda mejor su problema. Se le explica por que le duele la espalda y cuáles son los factores de riesgo.
2) Trasladar la responsabilidad. Enseñarle a ser responsable de su propia salud y a no tener una excesiva dependencia de los profesionales sanitarios.
3) Conseguir que reanude actividades de la vida corriente que había abandonado y que no le perjudican o incluso le pueden beneficiar.
4) Lograr la eliminación de conceptos erróneos o malentendidos. Desterrar la infinidad de mitos y falsas creencias que circulan alrededor de la salud de la espalda es básico para que el paciente sepa cómo debe cuidarse.


Guía de terapias naturales



Las terapias naturales son un buen complemento de los tratamientos médicos convencionales para evitar el dolor de espalda. De hecho, cada vez un mayor número de afectados recurren a ellas para hallar alivio a su problema.

Se trata de terapias integradoras que estudian el cuerpo como un todo, es decir, que tienen en cuenta todas las causas que pueden producir el dolor de espalda, ya sean óseas, musculares, articulares o incluso emocionales, porque todo desequilibrio psicológico tiene un reflejo en nuestros cuerpo. Por lo tanto, las terapias naturales profundizan en el conocimiento de uno mismo, en que posturas habituales son adecuadas y cuales nos perjudican y establecen que estados o situaciones nos producen tensión. Así, disponemos de una estupenda herramienta para prevenir las tensiones en la columna, pero también para recuperar parte de la calidad de vida perdida. En muchos casos, estas terapias no bastaran para lograr una curación total, pero si pueden suponer el complemento perfecto a un tratamiento médico adecuado. De hecho, así lo entienden los miles de españoles que cada año deciden recurrir a ellas.

Quiropráctica
¿Qué es?
Los orígenes de esta terapia se remontan a finales del siglo XIX. Se trata de un método manual específico para los problemas de espalda que aplica y utiliza técnicas directas de corrección vertebral. Su diagnóstico se centra exclusivamente en la columna y su interacción con el sistema nervioso.

La quiropráctica se basa en la capacidad que tiene el cuerpo para curarse por sí mismo y se centra en la importancia que tiene el sistema nervioso para controlar el equilibrio general del cuerpo.

¿Para quién está indicada?
Las dolencias para las que resulta más eficaz son aquellas en las que el desplazamiento de las vértebras produce pinzamientos nerviosos que provocan dolor y desarreglos funcionales de la movilidad. Por ello, los mejores resultados se observan en las fases agudas de dolencias como lumbalgias o la ciática producida por un pinzamiento del disco intervertebral. También soluciona problemas de bloqueos musculares debido a un encajamiento incorrecto de las articulaciones.

¿Cómo se aplica?
Los profesionales trabajan manualmente sobre las articulaciones y las vértebras con el objetivo de corregir la posición de las articulaciones y liberar los nervios y los discos intervertebrales. Se trata de manipulaciones breves (en ocasiones pueden originar chasquidos) pero producen un alivio del dolor inmediato.

La tanda de sesiones suele dividirse en tres periodos: una primera fase llamada de cuidado intensivo, que tiene el objetivo de reducir el dolor, la fase correctiva, dirigid a solucionar otros problemas y niveles de subluxaciones y una tercera y última fase llamada de bienestar, que en realidad se trata de una fase de control y seguimiento para verificar el óptimo funcionamiento de todas las vértebras.

La eficacia y el tratamiento quiropráctico han quedado demostrada en numerosos estudios, y se ha considerado como uno de los métodos más seguros y menos invasivos en el tratamiento de las lesiones de la columna. Evidentemente, que las sesiones funcionen depende, en gran medida, de que te pongas en manos de un buen profesional. En nuestro país, la mayoría de doctores o licenciados en esta especialidad se incluyen en la Asociación Española de Quiropráctica, que fue creada en 1986.

Se contraindica, no obstante, en casos de fracturas o enfermedades graves o tumores sin que exista prescripción médica.

¿Cuántas sesiones son necesarias?
Algunas de las dolencias se resuelven en un par de sesiones a lo largo de una semana, pero lo más habitual es que se precisen una media de seis visitas de unos 45 minutos cada una. Esta técnica no está incluida en la Seguridad Social.

Osteopatía
¿Qué es?
La osteopatía, nacida EEUU de la mano del doctor y cirujano Andrew Taylor Still, considera el cuerpo como un todo en el que huesos, músculos, tejidos, vísceras y nervios está íntimamente relacionados y por tanto los trastornos en un sistema pueden afectar al funcionamiento de otro. En pocas palabras, la osteopatía se basa en un principio claro: el remedio a la enfermedad se encuentra en el propio cuerpo. Se trata de una técnica manual en la que el profesional localiza, a través de un examen con sus manos, la estructura en la que se encuentra la lesión. El objetivo es aliviar el dolor y restaurar la movilidad para devolver la armonía y el equilibrio al cuerpo. De esta forma se evitan enfermedades y se facilita la recuperación.

¿Para quién está indicada?
Suele resultar efectiva en los casos de dolencias crónicas de la espalda como la artrosis y es especialmente recomendable en todas aquellas afecciones de espalda que causen dolor, como por ejemplo los dolores postraumáticos, sean o no recientes (torceduras, fracturas soldadas pero que todavía son dolorosas, etcétera).

¿Cómo se aplica?
Integra el masaje manual sobre la zona afectada, la movilización articular y la manipulación, el trabajo relativo a la higiene postural y la modificación de los hábitos de vida. En la primera visita, el especialista realiza un examen del cuerpo y de la musculatura y las articulaciones. Posteriormente, hará los masajes y manipulaciones oportunas. Tras las sesiones pueden aparecen agujetas alrededor de la zona tratada que irán desapareciendo poco a poco.

Según un estudio impulsado por la Consejería de Salud de la Generalitat de Catalunya, una sesión semanal de osteopatía recibida durante tres meses reduce hasta el 50% la intensidad del dolor en las vértebras cervicales permitiendo disminuir en muchos casos la dosis de analgésicos que los pacientes toman de forma habitual.

Pese a que ofrece múltiples beneficios y que se puede aplicar a personas de cualquier edad, se desaconseja la utilización de esta técnica en los casos en que exista debilitamiento de la estructura muscular, ósea o visceral a causa de enfermedades vasculares o tumores.

¿Cuántas sesiones son necesarias?
Dependiendo del tratamiento y de la naturaleza de la lesión, la cantidad de sesiones necesarias puede oscilar de una (si se trata de una lesión deportiva leve, por ejemplo) hasta 10 o 15 en los casos más graves. De todas formas, normalmente el alivio de los síntomas se produce de forma casi inmediata, tras las primeras sesiones, que suelen durar alrededor de 45 minutos. Tampoco lo incluye la Seguridad Social.


Acupuntura
¿Qué es?
La acupuntura es originaria de China y su práctica esta comúnmente asociada a la medicina tradicional de aquel país. Sin embargo, su uso está ya muy extendido en todo el mundo occidental.

De acuerdo con la concepción china, la energía vital fluye por el organismo a lo largo de líneas longitudinales que recorren todo el cuerpo, denominados meridianos, canales o vías de comunicación. La acupuntura se basa en el concepto de que la salud se produce y perdura cuando hay un equilibrio ente el ying y el yang, que se manifiesta a través de estados meridianos. Por el contrario, el desequilibrio ente el ying y el yang produce dolor y enfermedad.

En el trayecto de estas líneas existen puntos sensibles que pueden estimularse para reequilibrar la energía. Y al insertar agujas de forma superficial en estos puntos se puede restaurar la correcta circulación del flujo energético.

¿Para quién está indicada?
En caso de torticolis, lumbago o ciática recurrente y en general, en todos los dolores de espalda. Resulta especialmente útil en los problemas musculares, por su efecto antiinflamatorio y analgésico.

¿Cómo se aplica?
Se realiza con agujas metálicas que se insertan en puntos concretos de la zona afectada y en otros más alejados. Se dejan actuar durante 20 minutos.
Diversos estudios han mostrado su eficacia para aliviar dolores y para proporcionar mayor movilidad a los pacientes crónicos cuando se combina con otras terapias. Los resultados de un estudio alemán realizado con mil pacientes que sufrían dolencias lumbares mostraron que el 80% de los tratados con acupuntura mejoraran, frente al 27% de los que usaron únicamente tratamientos farmacológicos y algo de ejercicio.

Esta técnica se desaconseja cuando existen problemas de coagulación sanguínea.

¿Cuántas sesiones son necesarias?
El tratamiento puede ser breve o durar meses, pero la media es de 7 a 14 sesiones de media hora. En algunas comunidades hay cetros que incluyen esta técnica.
Esta terapia milenaria se aplica cada vez más en nuestro país por sus efectos beneficiosos para combatir el dolor y equilibrar el organismo.

Yoga




¿Qué es?
El yoga es una ciencia milenaria originaria de la India. La palabra yoga significa en sanscrito unión. Por ello, yoga indica la unión del cuerpo, la mente y el alma. Esta técnica considera al ser humano una unidad donde la mente y el cuerpo se relacionan en armonía.

La disciplina del yoga implica además un estilo de vida equilibrado con uno mismo y con el entorno: cuidar la alimentación, la actitud, la relación con los demás, etc.

¿Para quién está indicado?
Todo el mundo puede beneficiarse de la práctica del yoga, pues aumenta la flexibilidad y el tono muscular. En el caso de sufrir dolores de espalda es muy recomendable, ya que elimina las contracturas musculares, alivia el dolor crónico y mejora el estado de las articulaciones. Por lo tanto, está indicada especialmente en casos de dolencias crónicas de desviación y deformidades de la espalda, por ejemplo escoliosis, cifosis o lordosis. También es efectiva en dolores en la nuca y molestias lumbares y resulta muy adecuada como método preventivo de todo tipo de dolencias ya que ayuda a estirar, alargar y fortalecer la columna.

¿Cómo se aplica?
La práctica más conocida y empleada del yoga se realiza mediante posturas (conocidas con el nombre de asanas). Estas ayudan a contrarrestar los vicios corporales (fruto de la adopción de malas posturas) consiguiendo que el cuerpo gane flexibilidad al favorecer los estiramientos musculares.
La respiración y la serenidad mental que se consiguen también ayudan a eliminar las tensiones, con lo que tiene un valor añadido.

En general, las sesiones se inician con ejercicios de relajación, seguidos de asanas para estirar y armonizar el organismo y finalizan de nuevo con relajación y meditación.

Las personas nerviosas encuentran en esta práctica un bálsamo y un buen remedio para eliminar las tensiones musculares que se acumulan en la espalda.

Un estudio llevado a cabo por Karen Sherman y su equipo, procedentes del Group of Health Cooperative y de la Universidad de Washington (EEUU) investigó las posibilidades del yoga en el tratamiento de la lumbalgia. Utilizaron una variedad llamada el viniyoga, que se basa en la seguridad de las posturas. Tras seis meses, dedujeron que el yoga es un tratamiento eficaz para el dolor de espalda crónico, ya que los pacientes mejoraron la movilidad y redujeron su dolor. Además, estos beneficios se mantenían 14 semanas después de terminar las clases. Asimismo, solo el 21% de voluntarios que practicaban yoga tomaba medicamentos frente al 59% de los restantes.

¿Cuántas sesiones son necesarias?
Los especialistas recomiendan practicar al menos dos sesiones de yoga por semana. En lesiones leves los beneficios son inmediatos, aunque en los casos de dolencias graves de la columna son necesarios un mínimo de 6 meses.


Rolfing

¿Que es?
Se basa en la teoría de que para tener una adecuada estructura corporal el cuerpo debe estar alineado con la fuerza de la gravedad. No obstante, existen numerosas causas(genética, malas posturas...) que consiguen romper este equilibrio, originando tensiones corporales que se manifiestan en forma de dolor.

Para alcanzar una buena estructura corporal, esta técnica se centra en la manipulación del tejido conectivo y la eliminación de los malos hábitos.

Para ello, el método rolfing restablece el buen estado del tejido conectivo aprovechando su naturaleza elástica. Y lo consigue realizando una serie de manipulaciones muy concretas y adaptadas a cada problema específico.

Las sesiones transcuerren mientras la persona permanece tumbada en una camilla, completando cada sesión con ejercicios y movimientos.

¿Para quién está indicado?
Uno de los objetivos del rolfing es prevenir el malestar, pero también ayuda a que cada persona adopte una óptima postura, lo que hace que sus movimientos sean más fluídos y efectivos.

Puede ser una buena opción para aquellas personas descontentas con su salud general. En el caso de la espalda, está indicada en caso de escoliosis, lumbalgias, cervicalgias y contracturas.

¿Cómo se aplica?
El profesional (o rolfer) manipula el tejido conjuntivo a través de movimientos precisos con el objetivo no sólo de eliminar las zonas de dolor sino también de reetructurar cada parte del cuerpo alrededor de su eje vertical.

Esta técnica trabaja en varios niveles: mejora la estructura del cuerpo consiguiendo una óptima alineación corporal, mejora la coordinación y por último, mejora la percepción que uno tiene de su propio cuerpo.

Con los masajes se consigue un cambio en la estructura, la elasticidad y la capacidad de deslizamiento del tejido. De esta forma, con el cuerpo realineado, los movimientos son más fluídos, y se adquiere una nueva conciencia de la actitud corporal. La otra consecuencia inmediata es el alivio de las molestias y un mayor bienestar.

Además del rolfing individual existe el rolfing-movimiento, que son clases o talleres en grupo.

¿Cuántas sesiones son necesarias?
Se suelen necesitar unas 10 sesiones para equilibrar y potenicar tanto la estructura(forma) como la función(movimiento) del cuerpo. Aún asi, el número concreto depende de las expectativas de cada uno. Si deseas, por ejemplo, aliviar una dolencia específica pueden ser necesarias entre una y tres sesiones, pero si tu propósito es conseguir un cambio a largo plazo para mejorar tu bienestar físico y mental se aconseja realizar las 10 sesiones (una a la semana o cada dos semanas).


RPG(Reducación Postural Global)


¿Qué es?
Fue creada por Philippe Souchard en 1980 para el tratamiento integral de la cadena musculoesquelética. Souchard era un fisioterapeuta francés que demostró que muchos problemas que aparentemente no estaban relacionados entre si, como la tendinitis, la escoliosis o las cefaleas, tenían un denominador común : la rigidez de los músculos estáticos. A partir de aqui creó su propio médoto de fisioterapia.

La RPG divide los músculos del cuerpo en dos grandes grupos: los estáticos y los dinámicos. Los primeros son los responsables de que nos mantengamos erguidos a pesar de la fuerza de la gravedad ( que tendería a que nos aplastáramos contra el suelo). Estos músculos constituyen la mayoría de nuestro volumen muscular, y se encuentran en actividad constante. Asimismo, los músculos estáticos son los responsables de mantener nuestra postura corporal y tienden a acortarse y contraerse acumulando rigidez. Serian, por ejemplo, los músculos espinales de la columna vertebral.

Por otro lado, los músculos dinamicos son los que realizan grandes movimientos y al contrario que los anteriores, pueden distenderse causando, entre otros problemas, flacidez. Teniendo en cuenta estas caracteristicas de nuestra musculatura, vemos que no tendría sentido estirar un músculo dinámico, que ya de por si tiende a relajarse, ni tampoco tendría sentido reforzar un músculo estático, que lleva a la rigidez.

También hay que valorar que los músculos estáticos no actúan de forma aislada, sino que forman cadenas. Puedes comprobarlo por ejemplo al levantarte de una silla: para hacerlo no hay que movilizar sólo un músculo sino muchos. Por eso, cuando un músculo se tensa, se produce rigidez en todo el conjunto de la cadena a la cual pertenece. Y asi, a la hora de tratar una dolencia muscular, debe hacerse globalmente, ya que de nada sirve actuar sobre un músculo aislado.

¿Para quién está indicada?
En casos de escoliosis, cifosis y lordosis. También resulta de utilidad en dolencias como hernias discales, que de otro modo se operarían.

Cómo se aplica?
El estrés o las malas posturas actúan sobre el sistema musculoesquelético: por un lado se produce una contracción de la musculatura estática y por otro, una relajación de la musculatura dinámica. Mediante estiramientos muy suaves y contracciones se devuelve la flexibilidad a los músculos contraídos, lo que permite aliviar el dolor y corregir posturas.

El terapeuta trabaja sobre el cuerpo del paciente, explicándole los principales errores en el uso de su cuerpo, pero también le ofrece sencillas posturas para subsanarlos de raiz. Presta mucha importancia a la respiración. Sea cual sea la localización del problema, se plantea la postura de todo el cuerpo. Además es el afectado el que participa activamente realizando las posiciones.

¿cuántas sesiones son necesarias?
Se aconseja hacer una sesión por semana como mínimo durante 6 meses.

Las claves de la RPG
Los principios que definen la Reeducación Pstural Global se resumen en :

Individualidad: Cada persona es única y precisa de un tratamiento especialmente pensado para ella.

Globalidad: no actúa sobre músculos aislados sino sobre las cadenas musculares a las que pertenecen.

Causalidad: se debe llegar a la raiz del problema para eliminar la lesión, ya que esta debe ser compensada para que el dolor remita de forma definitiva.

Fuente : Saber Vivir- RTVE Biblioteca Práctica

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